jueves, 27 de febrero de 2014

Mensajes AUdibles


Me llegan dos mensajes que los relaciono directamente, y quiero compartirlos juntos en esta publicación.

En primer lugar otro gran trabajo del  Canal de Fabiocomplejo un homenaje a Bill Hicks:





Y en segundo lugar, esta canción de 1968 compuesta por George Harrison y que encuentro lo siguiente en wikipedia:

"While My Guitar Gently Weeps" (en español: "Mientras mi guitarra llora dulcemente") es una balada de rock escrita por George Harrison de The Beatles, incluida en su Álbum blanco.
George Harrison originalmente interpretaba la canción con un solo de guitarra acústica y un órgano; una versión, más corta que la oficial, puede escucharse en el álbum Anthology 3 y una versión adaptada en el álbum Love. Eric Clapton (amigo íntimo de George Harrison) interpreta la segunda guitarra.
La canción ocupa la posición 135 en la Lista de Rolling Stone de las 500 mejores canciones de todos los tiempos y el puesto número 42 en la lista de los 100 mejores solos de guitarra.
Según Harrison, la inspiración le vino de la lectura del libro I Ching, que como él expresó: "Me pareció estar basado en el concepto oriental de que todo está relacionado entre sí, a diferencia de la opinión occidental de que todo es una mera coincidencia".
Llevando esta idea de relativismo a la casa de sus padres en el norte de Inglaterra, Harrison decidió escribir una canción con las primeras palabras que viera al abrir un libro al azar. Estas palabras fueron "Gently weeps", e inmediatamente comenzó a escribir la canción.
Dos versiones:
La primera con subtítulos en español:



La segunda por The Beatles con Eric Clapton:




Para terminar, me despido con Carta de un Iniciado publicado en el blog de Morféo el lunes, 18 de junio de 2012. El mensaje de cientos, quizá ahora miles, se hace cada vez más AUdible:




 CARTA DE UN INICIADO



Debo reconocer que cuando fui iniciado en el grado 34, el más bajo de todos del quinto círculo de poder de los grados superiores, el que va del 34 al 72, no pensaba que ellos tenían razón, creía  inocentemente que sólo eran ideas absurdas de una secta de engreídos embebidos de superioridad, con infantiles creencias de dioses y entidades que manejaban al hombre y a la realidad. Aunque fui elegido, mi decisión de pertenecer fue más por curiosidad que por creencia, impulsado por la búsqueda de la verdad y el extraño sentimiento de ser más de lo que era. Cuando ingresé al cuarto círculo, el que va del grado 73 al 90, ya tenía mis dudas pero seguía creyendo en el Lhumanu, como a ellos les gusta llamar al común de la gente. Todavía creía que subestimaban y menospreciaban al hombre, y que esa distinción entre ellos y nosotros, era sólo un sentimiento absurdo de superioridad y en definitiva de cierta inseguridad y racismo ancestral.



El Lhumanu tenía posibilidades de comprender su verdadero origen, de ser diferente, de vencer sus programaciones y yoes, de manifestar su Ser, de ser verdaderos, libres y justos con ellos mismos y con los demás, de comunicarse con su dios sin necesidad de intermediarios, de ser dueño de sus pensamientos, responsable de sus palabras y creador de sus actos. Cuando ingresé al tercer círculo y me fue revelado por primera vez la verdad de mi origen y el del hombre, todo cambió, y entendí que el equivocado era yo, y que el Lhumanu nunca sería lo que debía ser, no porque no lo dejáramos, sino porque no quería, no quería despertar de su sueño de ser especiales, únicos, a imagen y semejanza de su dios, porque su raíz, su ADN, era ser esclavo del Demiurgo y de ellos mismos, para que nosotros, los originales, los que logramos despertar podamos existir. Igualmente seguí adelante y cumplí mi propósito, pese a todos los que me decían lo contrario, porque confiaba en que el Lhumanu podía cambiar.

Hace cientos de años que intentamos que reaccionen, apretando cada vez más la soga a su cuello, o dándoles todas las libertades de manejar sus vidas, y sin embargo, siguen haciendo todo lo posible para negarse su liberación. ¿Qué se puede esperar de aquellos, que teniendo la benevolencia del Do, lo niegan y lo entregan para ser devorado? ¿Qué se puede esperar de aquellos que dudan de todo, aún de la verdad que le dicta su corazón? ¿Qué se puede esperar de aquellos que están ciegos, sordos y mudos ante el dolor y el sufrimiento de sus semejantes? ¿Qué se puede esperar del que muerde la mano del que le da de comer y desconfía hasta de su hermano? Indudablemente son salvajes, violentos, egoístas, crueles, desalmados, aberrantes, soberbios, mentirosos, Lhumanus sin ninguna duda y sin posibilidad de ser, y no por nosotros, sino por ellos. Les damos todas las posibilidades, cubriendo todas las gamas posibles de su particular ecuación de elección, y siguen eligiendo el camino incorrecto, el camino de la desconfianza y la apatía, el camino corto y fácil del egoísmo y el falso amor, el camino de los egos y la fantasía del salvador venido de las estrellas, el camino de la violencia, las guerras, el hambre, el poder, el dinero, el sexo, las drogas, la diversión, la traición y los mil pecados capitales. No me vengan que nosotros somos los culpables, los manipuladores, los amos, no, no, no, nosotros no hacemos las reglas, ustedes las hacen o permiten que las hagan. Son sus instituciones, sus democracias, sus ejércitos, sus reyes, sus religiones, sus dirigentes, sus gobiernos, sus leyes, sus normas, sus bancos, sus Bilderberg, su mundo. Nosotros habitamos el nuestro y no nos interesa el suyo porque a ustedes no les interesa protegerlo, defenderlo y cambiarlo.

Todo en el universo se rige por jerarquías, y ustedes están empeñados en destruirlas empezando por ustedes mismos. Quieren ser iguales cuando ni siquiera pueden ser iguales a nivel personal, hoy son una persona y mañana otra completamente diferente, están disgregados, fragmentados, alienados. Nosotros debemos cuidarnos de ustedes, porque son ustedes los empeñados en destruirnos y destruirse, empeñados en llevar a la especie Lhumana a la extinción y con ustedes a todos los demás seres, sean plantas, animales o Humanos. Se la pasan hablando, discutiendo, confrontando, separando, en vez de callar y sólo hacer. Ni siquiera los que tienen un propósito en común, se ponen de acuerdo, porque compiten, se envidian, intentan ser los protagonistas de una historia sin sentido, que no existe más allá de su limitada imaginación. Nosotros, si tenemos hambre comemos, si tenemos sueño dormimos, si estamos cansados descansamos, ustedes se quejan, dicen que tienen hambre, sueño y cansancio, se toman algo para despejarse y siguen trabajando, porque eso es lo que quieren, trabajar, dinero, posesiones, más, más, más…y mientras pregonan igualdad en cada esquina, a su lado un niño pide limosna y duerme en la calle, pero claro es culpa del estado, de la democracia, de los oscuros. ¿Qué saben ustedes de luz y oscuridad? Si defienden al que los halaga para tenerlos dormidos en sus manos, y condenan al que los insulta para despertarlos. ¿Todavía no saben que los ángeles se disfrazan de demonios y los demonios de ángeles? no quieren ver que las luces y las sombras existen en su interior, que ustedes son el enemigo, no nosotros, y que sólo bastaría decir basta para cambiar su vida. No quieren ver que ya son libres si lo deciden, que las únicas cadenas que los atan están en su interior, son sus temores, su ignorancia, su dependencia, su apatía, su aterrador miedo a ser responsables.

Muchos serán los llamados y pocos los elegidos, porque cuando ven la verdad la niegan, no quieren ver lo que verdaderamente son, porque son justo lo que están condenando y persiguiendo, son sus propias luces y sombras, son Manus, son originarios de la tierra, son  iguales que nosotros pero renegando de su especie, y los que lo saben se aprovechan de los otros poniéndole al enemigo un nombre, pero no somos sus captores, son ustedes mismos, cobardes ovejas encerradas en su propio corral, el que ustedes mismos construyeron durante miles de años de negación y soberbia. No se merecen ser liberados, no se merecen ser ayudados, no se merecen todo lo que se les ha dado. Y sin embargo, yo, iluso e inocente, confié en ustedes, los entendí, los defendí, los representé, los respeté, los eduqué, los curé, los amé, y pese a todo fui perseguido, torturado y crucificado. Que ironía!!, los que buscaban la liberación, mataron a su liberador. Ahora la rueda se detendrá y cada uno cosechará lo que sembró y serán los únicos creadores de su cielo o su infierno, nosotros, sólo observaremos porque ya hemos hecho todo lo que teníamos que hacer. Nuestro trabajo ha finalizado, y el de ustedes, recién ha comenzado. 

IHS XVIII-VI-MMXII

lunes, 24 de febrero de 2014

CHOQUE CONSCIENTE


"...debe, no buscarlo, sino encontrarlo cada uno dentro de sí" 

Gracias Ángel por esta Luz en el camino.


CHOQUE CONSCIENTE

Al principio, cuando uno empieza este Camino, generalmente nuestro ánimo está alto porque el factor “descubrimiento” nos hace sentir como niños. Nos parece que hemos entrado en la galería del conejo y estamos en el mundo de Alicia. Nuestra capacidad de asombro, de sorprendernos, nos produce unos choques conscientes que mantiene el impulso inicial retro-alimentándose con cada nuevo velo caído, con cada nuevo descubrimiento, con cada nueva pieza del puzzle que logramos rescatar. Esta situación hace que no nos falte combustible, que la energía de la octava que vamos transitando se mantenga en un buen tono energético y la Magia se vuelve cotidiana en nuestras vidas.

Sin embargo, tras un recorrido más o menos largo, algo empieza a fallar... la energía decrece, el combustible se pone en reserva y la magia se va perdiendo. Lo sentimos, lo notamos, la luz interior titila con menos intensidad... ¿Qué nos pasa?... nos preguntamos con cierto aire de nostalgia y sentimiento de pérdida... ¿Qué nos pasa?...

Si recordamos la información sobre las Octavas, nos daremos cuenta de que es normal, de que lo único que nos ocurre es que estamos necesitando darnos un sobre-esfuerzo consciente para proseguir con la escalada ascendente. Necesitamos de una renovada motivación, de una revalorización de nuestros fundamentos internos, de volver a ser niños, de volver a asombrarnos, de recuperar la magia...

En términos de física, existe una ley que se llama “inercia” que es “es la propiedad que tienen los cuerpos de permanecer en su estado de reposo o movimiento, mientras la fuerza sea igual a cero, o la resistencia que opone la materia a modificar su estado de reposo o movimiento. Como consecuencia, un cuerpo conserva su estado de reposo o movimiento rectilíneo uniforme si no hay una fuerza actuando sobre él. Podríamos decir que es la resistencia que opone un sistema de partículas a modificar su estado dinámico.” Pues bien, esto significa que si no hay una fuerza que empuje o mueva nuestra intención inicial, renovada y sobre-excitada con cierta periodicidad, ésta se irá apagando por los vientos que arrecian en la miriada de ocupaciones y quehaceres diarios que actúan como fuerza mecánica y adormecedora que van produciendo ese estado de somnolencia tan propio de la Matrix.

Una vez integrado este conocimiento, hay que encontrar ese revulsivo, ese choque consciente que nos ponga de nuevo en órbita, que tomemos la necesaria aceleración para impulsarnos de nuevo hacia nuevos horizontes aún sin explorar. Un renovado interés que asome por encima de la aplastante fuerza de la inercia y la mecanicidad soporífera de la vida convencional... Alguien dijo que muchos son los llamados y pocos los escogidos. Efectivamente, creo que hay muchos que se quedan por el camino pero nadie nos escoge, somos nosotros los que nos quedamos o seguimos hacia las estrellas.

Ese choque consciente debe, no buscarlo, sino encontrarlo cada uno dentro de sí. Puede ser una lectura inspiradora, una música que nos llegue al corazón, un paseo por la naturaleza, una meditación retrospectiva, una imagen bella, una manifestación de inocencia o de sabiduría, una experiencia inesperada y reveladora, un niño pequeño, un anciano, un animalito o una flor... nunca se sabe antes y depende en gran medida de los ojos con que se mira. El problema reside en creernos que vemos siempre las mismas cosas, las mismas personas, el mismo mundo... los etiquetamos con nuestra reducida mente y convertimos nuestra vida en una rutina que pareciera que camina en círculos sin ir a ningún sitio. Nuestra mente se ha acostumbrado a lo que era desconocido y ahora lo cataloga como “conocido”. Mientras tanto, la vida pasa, siempre cambiante, siempre nueva, pero desconocida.

Hay tantas cosas que se nos oponen, tantas barreras que hay que saltar, tantas cuerdas que hay que cortar.... que no podemos parar de alimentarnos a nivel de la consciencia. En cuanto dejamos de estar atentos, de auto-observarnos, de ser responsables de nosotros mismos, de ser coherentes en pensamientos, palabras y obras, esa gran nube oscura de la mecanicidad volverá a envolvernos deseosa de turbar nuestros sentidos y absorbernos en su manto de adormidera. Por ello, lo mismo que necesitamos alimentar el cuerpo que nos contiene, también la consciencia precisa de su alimento para gozar de buena salud, recuperar la capacidad de asombro como un niño pequeño que mira las cosas por primera vez, la naturalidad con que vuela un pájaro, la inocencia de un corazón limpio y la sabiduría que nace del Espíritu.

Cuando uno empieza a creer que lo sabe todo, cuando los paradigmas y arquetipos no son renovados, reciclados y vueltos a renovar, cuando el corazón se endurezca, cuando la rutina nos aplaste, cuando la somnolencia nos abrume, cuando la mediocridad se instale... estamos necesitando de un choque consciente para vencer esa inercia y que la Magia vuelva a nuestras vidas.

Ángel